Desgarrando el techo de mi habitación,
Lastimo mis sueños sin alas,
Arranco con mis uñas el gotéele,
Queriendo ver las estrellas desde mi cama,
Dejando que llegue la mañana,
Con su murmuro de sol.
Rascando las sabanas, buscando olores,
Rompiendo los cristales de mi ventana,
Husmeando el aire de la calle.
No tengo censuras en despellejar recuerdos,
No tengo límites para escarbar en mi alma,
Levanto mi piel con los dedos,
A tiras hago montones de células,
Y me quedo así más denuda que nunca,
En la bañera de sal donde todo escuece,
Buscando rescatarme a mí misma.
en la vida hay q desnudarse para volverse a vestir, la sal escuece...o puedes hacerte un exfoliante, ponerte mas guapa que nunca y mirar por esa ventana rota con mas claridad, sin cristales empañados, viendo la realidad, subirte a ese tren que solo pasa una vez, disfrutar cada momento,ver el vaso medio lleno, y vivir cada minuto, cada segundo al maximo, la vida pone obstáculos, pero tambien te enseña a saltarlos.
ResponderEliminarPN.
Silvia:
ResponderEliminarEs ciertamente importante aprender a rescatarse a sí mismo. Un grato placer leerte.
Recibes mis más afectuosos abrazos.
Un misma nunca debe perderse de sí... con lo cual todo lo hecho por recuperrse será más que admirable.
ResponderEliminarCon cariño, esencia.
otra vez genial, volveré por aquí.
ResponderEliminar