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miércoles, 18 de mayo de 2011


Caricias de uñas largas y sucias surcando la espalda, 

Heridas de sal navegando en la piel. 

Hay manos que duelen, 

Existen manos que queman como hogueras.

Tus dedos arden en mi vientre,

Tu tocar incinera mi cuerpo,

Dejando en cenizas todo el amor.

Hay dolores tan hondos que no cesan nunca de gotear, 

Goteras de vida sobre mi cráneo,

No hay cubo que recoja tanta pena, 

Ni cemento que cierre la brecha,

Escalera que jamás terminas de subir,

Versos inacabados,

Poemas que mueren sin terminar 

Como tú y yo acariciándonos.

lunes, 16 de mayo de 2011

Aúllo a la luna lo que mi corazón no comprende,

 Como una loba malherida en noche cerrada,

 Sentada sin ropa sobre la cima de la desesperanza.

 Mi piel llena de aguijones de avispa que ya no duelen,

 Ando muerta en vida buscándote a tientas.

 Siento la letanía de la derrota en mis labios compungidos, 

Y grito al vacio con los ojos salpicados de pena,

 Abatida, quejumbrosa, afligida,

 Me ahogo en cada vocal que suena sin ti,

 Y te sobrevivo.

Te alejas de mí,

 En mi recuerdo te agotas como se agotan los días,

 Ya no serán mis manos,

 Ya no serán mis labios,

 Ya no serán mis ojos,

 ¿Qué importa sino estas?

 ¿Qué importa si tus caricias son para otra?

 ¿Qué importa si tus labios se posan desmesurados en otros?

 Y aquí canto a tu oído,

 Bajito para que nadie me escuche,

 Te ame,

 Te ame tanto,

 Que si pudieses sentirlo ciertamente un sólo segundo,

 Apagarías la luz del mundo para amarme.

Quiero dormir sin escuchar mi corazón,

 sin ver tu sombra en mi almohada,

 enterrarme entre las sabanas para no pensar,

 dejar los esqueletos de tus frases de amor en el huesario del olvido.

 Cerrar los parpados como lo hace un muerto.

  Descuidarte una noche y acomodarme al descuido,

 Callarme, omitirme, negarme,

 Desmemoriarme y en un despiste volver a engendrarme

martes, 5 de abril de 2011




Hoy el planeta me estrecha,

Desnuda y ceñida a su trayectoria elíptica,

Como si fuese el sol,

 Ruedo más que giro,

Me caigo y me levanto.

Unida a sus elementos por mi garganta

Por la que nutro mis horas,

Me basta una sola molécula de oxigeno,

Me sobra el recorte de una sonrisa,

Me alimento de mis propias huellas,

Y así camino en mi esfera

De esta forma con la guiño el ojo al extraño,

Del modo con el que le sonrió al que no se lo  espera.

Enganchada a la tela de araña de la vida,

Suspendida entre sueños.