Noche de diabólicos ángeles,
Derrama tu oscura sangre sobre mí
Si viene el diablo que venga por mí
Terremoto de angustia en mis venas,
Bocanadas de sangre cuajada,
Ahora he sepultado mis penas,
En esta empalagosa balada,
Balada que es canción de cuna,
Cadáveres de niños mecidos,
La muerte mecedora importuna,
Vidas de niños dormidos.
Pagarán las almas los pecados,
Todos suplicarán llorando...
Y Dios desaparecerá esfumado
Nadie se salvará ni los confesados.
Los niños no deberían sufrir las torturas de los adultos.
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